La prevención está en tus manos

¿Cuánto tiempo le dedicas a tus pechos? Los pechos son los encargados de producir leche materna si se tienen bebés, eso seguro que ya lo sabías. Ahora bien, ¿sabes que son una fuente inagotable de placer tanto a solas como en compañía? De hecho, hasta podrías llegar al orgasmo gracias a ellos. Por desgracia, son muchas las personas que han perdido una o ambas mamas a causa del cáncer… ¡aprende a autoexplorarte!

Tus pechos son tan importantes que se merecen todos los mimos del mundo, por eso, te invitamos a poner en práctica la mimografía, que significa observar, tocar, acariciar y mimar tus pechos con el fin de explorarlos, conocerlos y cuidar de tu salud.

Hay de mil tamaños, colores, formas, texturas, asimetrías… Todos ellos son bonitos y, lo más importante, todos necesitan cuidados. De ahí la importancia de conocer bien cómo son los tuyos, ya que son únicos.

Pasos a seguir para la exploración de mamas

Te damos algunos consejos y trucos sobre cómo hacerlo.

Dedícales tiempo

Es importante buscar un rato de tu calendario en el que puedas estar a solas contigo, a gusto y sin prisas. Cuando estés en ese momento, desnúdate y ponte delante del espejo. El objetivo es mirar tus pechos como si tuvieras que dibujarlos.

Fíjate en sus formas, si hay diferencias entre uno y otro, su inclinación, el tipo de piel, el color y la forma de tus pezones. Fíjate también en la forma de tus pechos con los brazos levantados y caídos. Repite el ejercicio una vez por semana, ya que cambian según el momento de tu ciclo menstrual.

¿Sabías que tus pechos cambian durante el ciclo menstrual?

  • A mitad del ciclo menstrual: cuando se acerca la ovulación, los pechos suelen estar más firmes, ya que los estrógenos son los responsables de la mejor elasticidad de la piel.
  • Después de la ovulación: es normal que tus pechos se vean más grandes e incluso que los notes más inflamados. Esto es por el aumento de la progesterona.
  • Antes de la menstruación y durante los primeros días: es normal que tus pechos se agranden y que los notes doloridos o sensibles. El dolor de senos es un síntoma premenstrual común que ocurre normalmente de 5 a 10 días antes de que comience el periodo.
  • Al final del periodo: se vuelven más pequeños porque los estrógenos y la progesterona bajan. Este es el mejor momento para explorarlos.

Un masaje con mimo

Pon un poco de crema hidratante, aceite para masajes o un lubricante a base de agua en tus pechos y acarícialos. Empieza acariciando con tu dedo índice y corazón el escote y luego ve siguiendo los pechos suavemente, incluyendo las aureolas y los pezones. Acarícialos en círculos, en ocho, de arriba abajo, en zigzag… Extiende el masaje progresivamente desde la clavícula y pasa por la axila.

¿Qué debo detectar?

Pueden aparecer bultos o cambios en los pechos sin que esto signifique que algo va mal. Aunque eso no significa que nos podamos olvidar de las mamografías o ecografías de pecho, ya que son revisiones complementarias.

La edad ideal para comenzar a realizarse mamografías para detectar el cáncer de mama son los 35-40 años.

  • Entre los 40 y los 65 años debe realizarse una mamografía anual.
  • A partir de los 65 años se recomienda hacer dos al año.
  • Si en tu historial familiar existen casos de cáncer de mama, lo ideal es comenzar las pruebas 10 años antes del diagnóstico de ese familiar.

¿Cuándo debo ir al centro de salud?

  • Si al tocarte sientes nódulos mamarios (son como una protuberancia, un bultito firme en el pecho o en la axila) o aparecen úlceras.
  • Si notas cambios en el pezón o en los pechos, los ves más hinchados, con la piel irritada, rugosidades, asimetrías o un cambio de posición del pezón.
  • Si detectas cambios de forma o tamaño en el pecho.
  • Si sale líquido del pezón y no estás en periodo de lactancia.
  • Si sientes dolor o retracción en la piel de las mamas, el pezón o la axila y no tienes la menstruación.
  • Si se te agranda o se hunde alguna parte del pecho.
  • Si notas una costra en el pezón, si notas que está como hundido hacia adentro o se enrojece.
  • Si ves que hay un crecimiento de venas en el pecho.
  • Si detectas cambios en la textura de la piel, como la piel de naranja.
  • Si notas inflamación de la axila o cerca del cuello.